jueves, 27 de diciembre de 2007

Nunca está demás el pic nic de fin de semana


Una vez fui a uno de esos picnic donde concurre toda tu familia ( incluido mi cuñado), el tipo que habla poco, la abuela, los desconocidos amigos de no sé quién y varios primos. No quiero dejar de mencionar a mi prima con veinte años recién cumplidos y que está re-buena.
Estaba pactado partir al dique Potrerillos a las nueve de la mañana, cuando el sol no estuviera tan alto. Al final nos mandamos al mediodía, porque había que esperar a un primo trasnochado, comprar hielo "porque más arriba te arrancan la cabeza con el precio" y porque el auto de mi tío Félix "calienta".
Recién a la una llegamos. Y el sol nos castigó, nos devoró y nos condenó ( y nos dejó asado).
Todos entregaron su carne para el asado, algunos punta de espalda, otros cuarto de pecho liso, total en la parrilla se mezcla todo.
_ ¡Uuuuyy!_
_ ¿Nadie trajo la sal? (suele pasar)?
Lo que algún otro (seguro que de mi familia) le respondió:
_Pedile a los del Fiat blanco, que deben tener.

El tío Félix encendió la leña ceremoniosamente, pidió que le vayan a comprar más leña y que consigan más diarios viejos por las dudas. Mientras...
_ ¡Uuuuyy, ¿nadie trajo el destapador?
_ Cumpa, permítame empujar el corcho con el dedo.
_ ¡Quéee?
Varias tías no sabían qué hacer porque se aburrieron de meter los pies en el agua, entonces comenzaron a cortar la lechuga y el tomate. Tenían que hablar. Por ejemplo comentaron lo buen mozo que era Rock Hudson...
_ Sííí, un poco lo que los muchachos de hoy llaman comilón_ comentó el anticuado tío Félix, celoso y con la botella de blanco en su haber, más toda la cara y remera transpirada.

De repente hubo gritos, algunos autoritarios, y otros desgarradores. No venía de la parrilla.
_ ¡Metete en lo pandito nomás! ¡póngase crema! ¡no le tiren piedras a los patos!
_ ¡Mamá, el pescado me chupó el dedo, ufa!

El tío Félix ya estaba entonado. Decía cosas graciosas. El asado, bárbaro, diez puntos (más el bonus track) El grabador sonaba como el que mi hermano tenía cuando hice séptimo grado en el '81: volumen saturado, agudos y graves iguales y una cumbia que suena peor que nunca (y eso que siempre suenan mal). En ese paraje cada estéreo o grabador cercano tenía su música (la música también describe un poco lo que es el dueño). Iron Maiden con los Sultanes, Los Trovadores de Cuyo con Ráfaga. Cualquiera con cualquiera.
_ ¡Cccchheeeeeeeeee!!!
_ ¡Quééééeee!
_ ¿Tenés algo para las moscas?
_ Si te picaron, jodete.
A esta altura los niños tenían hambre, colorados por el sol y ya querían volver. Recuerdo que intenté dormir con 35 grados a la sombra, pero me resultó imposible: los guachos no pararon de tirarme piedritas (porque los patos habían huido antes).
_ ¡Cheeeeeee, ¿de dónde sacaste este tablón?
_ La gaseosa stá caliente...
_ ¡Un aplauso al asador!_ dijo el que trajo el pecho liso.
_ ¿Quién me dio con el pan en la frente? ( fuiste vos, desgraciado).
El tío Felix, clásico domador de asados imposibles, animador de fiestas y bebedor incondicional, le echó un vistazo (con zeta) a los senos de la prima de veinte y encima algo le dice. Se zarpó, me dice mi cuñado ( el que habla poco pero observa mucho).
La tía explotó: no se banca estas miradas picaronas (desde que su gordura superó el radio del Ecuador en sus caderas) y lo increpó a los gritos.
Se pudrió todo y no dio para más.

Los chocos se quedaron con las sobras. Mi cuñado, el que habla poco, se llevó un gatito abandonado que seguro después se lo deja mi hermana.
Vuelvo contento aunque en algún lugar me olvidé una remera con los tres chiflados.
Habrá próxima vez.
_ ¡Uuuyyyyy!
¿quién se trajo a la abuela? (si saben, avisenme)

1 comentario:

Anónimo dijo...

fernando no tenes idea de lo que me has hecho reir con esta narracion del pic-nic genial
saludos desde tx
veruska